Todo comenzó con un anuncio en un conocido portal web; una casa en ruinas en un lugar remoto. Tardamos poco en decidirnos, hablar con el vendedor, hacer gestiones, consultar y ver el lugar para confirmar que las primeras impresiones eran las correctas.
Es la descripción perfecta de una inversión ruinosa y de una presunta mala elección, ¿no? Entonces, ¿por qué vamos a cometer semejante locura?
Pues porque las peores decisiones son las que no se toman. Las mejores oportunidades no tienen nada que ver con los reclamos; bueno, bonito, barato.
Aún así nos hemos lanzado a la piscina y esperamos compartir contigo nuestras próximas aventuras.